-----------------------------
Inside wants OUT.
Seguidores
Movimientos en el alma, ráfagas en el corazón. Sentimientos que evitaba, escóndanse nuevamente! No quiero vivirlos otra vez.
Siento que caigo de nuevo por la pendiente. O que al menos, estoy tambaleándome demasiado en ella. Inestabilidad tras estabilidad, puedo establecer un pensamiento claro. A cada paso seguro que voy dando, pierdo el rumbo. Y, así, como a modo de ciclo, es que mi vida va marchando.
Siento que caigo de nuevo por la pendiente. O que al menos, estoy tambaleándome demasiado en ella. Inestabilidad tras estabilidad, puedo establecer un pensamiento claro. A cada paso seguro que voy dando, pierdo el rumbo. Y, así, como a modo de ciclo, es que mi vida va marchando.
Mi boca, curva en una sonrisa, recibe una lágrima: mi alma a gritos pide comprensión. Quiero poder creer. Crecer.
Mi corazón ha contratado a los mejores obreros para reconstruir la muralla que lo esconde, o, mejor dicho, mantenerla en buen estado ante la incontable cantidad de terremotos que está recibiendo. Pero creo que aún no encuentro el punto justo para detener tales sismos.
Mi corazón ha contratado a los mejores obreros para reconstruir la muralla que lo esconde, o, mejor dicho, mantenerla en buen estado ante la incontable cantidad de terremotos que está recibiendo. Pero creo que aún no encuentro el punto justo para detener tales sismos.
¿Valdrá la pena la caída de mi imperio, el destierro de mis reyes y el olvido de mi historia para así comenzar todo de nuevo?
Dejarse llevar, eso dicen muchos.
Dejarse llevar.
Dejarse llevar, eso dicen muchos.
Dejarse llevar.
Un simple decisión espontánea puede llegar a cambiar nuestra vida por completo, o al menos gran parte de ella. El dejarnos llevar por nuestras acciones sin pensar demasiado ni en el pasado ni en el futuro puede traernos tanto lágrimas como sonrisas, pero sea cual sea nuestra reacción será del todo intensa y real. Reconocer la luz en medio de la oscuridad es lo que nos permitirá seguir adelante con todo tipo de proyectos, sin importar cuales sean.
No tener miedo a decir lo que nos pasa, sea cual sea la opinión ajena, nos hará sentir la vida desde su mas profunda esencia. Hablar con los ojos, mirar con las bocas, escuchar con el corazón. Decir "si" si así lo sentimos, y "no" para no lastimarnos a nosotros mismos. Caminar hacia adelante aunque vallamos contra la corriente, saltar las piedras a medida que avanzamos, ir esquivando obstáculos... o, ¿por qué no? imitar un poco al resto de la gente para conocer la tristeza de la monotonía, tropezar para aprender a levantarse, tomar la ruta complicada para tocar fondo y ver que no hay mas camino que el de subir.
No olvidar, pero no atarnos al pasado. No planear, pero recordar que tenemos un objetivo, y que debemos alcanzarlo. Amar, pero con todas nuestras fuerzas.
"Adiós tiempo" es lo que muchas veces anhelo poder decir y, obviamente, poder lograr. Y es que con cada momento vivido pude darme cuenta de que un presente contaminado con un pasado un poco confuso e infectado de un futuro del todo incierto no es el mejor espacio para disfrutar del día a día.
Cada mañana al abrir los ojos puedo ver con claridad los resultados de mis acciones: o mis ojos están llenos de lágrimas, o mi cara está dominada por una sonrisa. Y es por eso que en los seis días que lleva este nuevo año, 2012, vivo en el presente, y la única secuela de pasado que puedo tener esla del día anterior. Y, raro o no, son los días en que mas motivada estuve. Son los días en que mas reí, en que mas llore. Son los días en los que mas sentí, en los que pasé por las mejores experiencias que pueden ser imaginadas. Son los días en que mas viví.
No voy a negar que me duele de vez en cuando, pero creo que poco a poco he aprendido a valorar la situación así como es. Estoy pensando en autoconsiderarme masoquista, pero, ¿qué puedo hacer contra eso? La sensibilidad es algo que no puedo controlar. ¿Y el amor? Mucho menos. Así que por eso, decidí no limitarme, porque siempre, pero siempre, va a haber algo que me va a quedar, por mínimo que sea, incluso si sólo es el deseo. Y estoy convencida que de esa forma todo lo que anhele voy a poder alcanzarlo.
Muchos interrogantes pueden generar C R I S I S.
¿Qué pasa cuando se pierde la imaginación; cuando la mirada no ve más allá y la realidad aplasta la magia? ¿Qué pasa cuando el camino se tuerce y ya no se puede retomar el equilibrio? (porque no siempre se puede). ¿Qué pasa cuando se trata de salir rascando una pared, hasta el punto de crear un agujero, un hueco, que lo único que contiene es... un vacío?
¿Qué pasa cuando lo único que ves al otro lado es oscuridad, y así como la luz te encegueció una vez, ahora la oscuridad te abre los ojos y te despierta del ensueño? ¿Agradecerías a la luz haberte cegado de la realidad? ¿Agradecerías a la oscuridad mostrarte tu mundo tal cual es?
¿Qué pasa cuando te da lo mismo blanco que negro? ¿Qué pasa cuando te faltan ganas de cambiar el mundo? ¿Qué pasa cuando te dan la espalda y seguís ahí de pie, esperando que alguien se arrepienta y se de vuelta, para terminar dándote una mano? ¿Qué pasa si nunca nadie se da vuelta? ¿Esperarías?. "El que espera desespera"... ¿acaso ya no estarías lo bastante desesperado?.
¿Qué pasa cuando las experiencias vividas terminan matando tu ser por dentro hasta dejarte sin siquiera ser? ¿Qué pasa cuando la vida se planta frente a un precipicio y saltar es la mejor opción? ¿Saltarías sin saber lo que hay al final? ¿Y si no hay nada? ¿Y si lo que hay no amortigua la caída? ¿Caerías?.
¿Qué pasa cuando faltan las palabras para gritarle al mundo que ya no se puede más? ¿Qué pasa cuando todo a tu alrededor no es más que un murmullo? ¿Qué pasa cuando tus pasos avanzan una baldosa y tu camino retrocede toda una calle?. ¿Qué pasa cuando la voz no articula palabra? ¿Qué pasa cuando todo es silencio? ¿Qué pasa cuando ése silencio ahoga, asfixia, tortura, mata?.
¿Qué pasa cuando la esperanza era una paloma en lo alto de un campanario y al sonar la campana ésta cae sin poder retomar el vuelo y fallece? ¿Qué se hace cuando la campana suena? ¿Qué se hace cuando la paloma muere?.
Habiendo cerrado una etapa, dispuesta a despertar de un sueño para sumergirme en otro, teniendo los brazos libres para abrazar a una nueva persona, es que puedo pensar. Pensar en el pasado sin despertar mis lágrimas, mirar mi presente con una sonrisa, imaginar el futuro sin sentir miedo.
Darme cuenta de la diferencia entre sostener una mano y encadenar un corazón; aprender que una companía no significa exactamente seguridad. Saber que los besos no funcionan a modo de contratos, ni los regalos tales promesas; que a veces preferimos amar a quien no nos corresponde en lugar ir a los brazos de aquella persona que nos anhela cada vez que nos ve.
Descubrir que acostumbramos a tejer castillos en el aire con la esperanza de que nuestras ilusiones se vuelvan realidad, cuando, en definitiva, no son mas que eso: simples ilusiones. Que el tiempo cura las heridas, incluso las más profundas. Que hoy ya no es tan complicado dejar de llamarlo, de escribirle, de buscarlo, aunque todos los días antes ir dormir le siga dedicando un pensamiento deseándole todo el bien y la felicidad aunque no sea a mi lado.
Sigo mirando al suelo igual que ayer: no sé muy bien el qué, pero he perdido algo. Lo que es seguro es que no está aquí, quizá mañana lo siga buscando. Y a cada paso que doy algo me voy dejando, a cada paso que doy el túnel es mas largo, a cada paso que doy me vuelvo a encontrar fantasmas del pasado.
De sobra sé que soy la primera que no mientes si juras que darías por mi la vida entera y, sin embargo, un rato cada día me engañarías con cualquiera, me cambiarías por cualquiera.
Ni tan arrepentido ni encantado de haberme conocido, lo confiesas. Tu que tanto has besado, tu que me has enseñado sabes mejor que yo que hasta los huesos sólo calan los besos que no he dado, los labios del pecado.
Y te envenenan los besos que vas dando y, sin embargo, cuando duermes sin mi conmigo sueñas, y con todas si duermes a mi lado. Y si me voy te vas por los tejados como un gato sin dueño, perdido en el pañuelo de amargura que empaña sin mancharla mi hermosura.
Hay momentos de los cuales no recuerdo nada, y hay otros que por mas de que intento no puedo olvidar. Hay palabras que casi nunca pronuncio, para las cuales mi paladar parece no estar preparado y que, sin embargo, son las mas bellas del universo. Por otro lado, existen otras no tan importantes, no tan esperadas, que salen de mi boca sin encontrar una sola dificultad.
Hay miradas que evito efectuar, muchas que esquivo, otras tantas que bajo. Y son ellas las que me llenan el alma, las que me elevan hacia niveles muy pocas veces alcanzados, las que en verdad me reconfortan.
Hay besos que niego, sonrisas que escondo, abrazos que debilito y caricias que disimulo. Y así es que estoy.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)